lunes, 21 de mayo de 2012

24.


En el futuro, muertos todos: con o sin sepultura, los nuestros y los otros, los vivos y los pobres, los justos y los injustos. En el futuro no quedará dinero para traficar. En el futuro sólo unos pocos caminarán por las calles con la paz o con la paciencia. En el futuro pensaremos en los dioses que en el pasado nos salvaban. En el futuro el tiempo ya será nuestra moneda porque será lo único que tengamos. En el futuro pensaremos mucho más en el pasado que no vivimos y en los arrepentimientos. Pasará este tiempo que me mueve a garabatear una y otra vez sobre las variantes del mismo tema, del mismo papel, de la misma sombra o del mismo reflejo. En el futuro no volveré a escribir ni una sola coma, porque no sabré a quien escribirle, y el presente que me supera no mejora lo pasado. Quizá en ese futuro encuentre los caminos, los senderos y las glorias que ahora no encuentro, que ahora me pierden sin dejarse arrastrar. Este presente que me acobarda, que me hace pequeño, que me convierte en quien no soy sólo por no saber donde estoy, y que solo me hace pensar en aquello que no debo. En el futuro la soledad no será tan terrible porque ya no tendré que esperar a nada, ni a nadie, ni habrá mundo por el cual luchar porque habremos llegado a ese destino que nos aguardaba casi sin habernos dado cuenta. En el pasado teníamos el futuro por bandera y motor, por esperanza y por vida. En el presente teníamos el futuro como puerta a la inmediatez, como corriente y guía, como vida y como destino. En el futuro sólo miramos al pasado. El tiempo que pasamos pensado en las formas y maneras de agarrar fuerte esos segundos que se nos escapan, esa vida contemplativa de minutos que dejamos pasar sin hacerlos intensos, sin morir ni matar por ellos, sin luchar por convertir nuestro tiempo en un mar de posibilidades. A veces el tiempo nos mata, clavándose poco a poco, como el segundero del reloj, una y otra vez, cuando nos sentamos en nuestras ventanas a ver como camina. Es la rutina del tiempo, es la rutina del reloj, es la rutina de las rutinas la que nos hace esperar sin levantar un solo dedo para detenernos, para pararnos, y machacar ese reloj contra nuestros huesos, existencialistas, pesimistas, realistas y acostumbrados a cerrar los ojos cada noche, simplemente para que llegue el nuevo día. Nuestro futuro no llegará nunca, porque siempre creeremos en tiempos venideros, en ilusiones en las cuales hay que creer y a ellas nos agarraremos para decidir que aun tenemos futuro sin haber disfrutado de nuestro presente y arrepintiéndonos de nuestro pasado. Volver la vista atrás como tantas otras veces para decidir cual es nuestro tiempo, cual es tiempo de cada cosa, cual es el valor de ese tiempo y comprobar como la medida de los días y las semanas varía en cada momento. En el futuro me sentará a escribirte, a escribirnos, a rellenar con letras las ilusiones que se van quedando vacías, los recuerdos que ya no existen y los momentos del tiempo que cada uno ha destruido. El tiempo, como las personas, tiene memoria, recuerdos, vidas que completar y que al devenir de cada día hace que esas memorias se llenen y necesiten recomponerse, vaciarse para dar lugar a nuevos recuerdos. Nuestros futuros se llenan gracias a poder borrar nuestros pasados. En el futuro miraremos nuevos sentimientos, sin tener que despedirnos, porque serán nuevas vidas, nuevas personas y lugares los que llenen nuestros presentes. En el futuro seremos sólo polvo que cubría nuestros pasos en otros tiempos, nunca mejores, porque entonces no serían pasados. En el futuro estaré ahí, donde nadie puede estar, porque no seremos más que aire para respirar en la vida de nuestros pasados. Quizá en el futuro, leeremos líneas de vida, frases de momentos que nos hagan pensar en cada letra que dejamos de escribirnos, de decirnos o de susurrarnos pensando que no teníamos futuro por el cual besarnos. En el futuro, en el presente o en el pasado, el tiempo dejará sus huellas, como aquel que camina por la orilla del mar, sabiendo que mismo tiempo, las borrará como el agua de ese paisaje.