domingo, 16 de noviembre de 2014

Año Seis.

Llevaba unas semanas dándole vueltas este día... Pensando en escribir sobre este año de Amor. En este año de Pasiones. En este último año de intensas vidas. De letras apagadas, de canciones descubiertas, de miradas, de encuentros: para hablar de mi, de la Mujer, de montañas, de teatros del mundo, de palabras, de versos, de besos, de cambios, de casas, de lugares perdidos, de planes frustrados, de planes realizados, de miradas fugaces entre gente, de secretos, de listas interminables de acontecimientos que ocurren en semanas y segundos entre un año y otro. De la Luna. De lo que me mueve a escribir, de lo que me mueve a escribirte, de lo que me mueve a no recordar los sueños, de las necesidades de teclear año tras año palabras, entradas, post, e ideas felices y peregrinas. Llevaba unos días luchando contra los pensamientos espirituales, contra los deseos y contra los deberes. Echando de más y de menos, odiando sistemas, sintiendo rarezas de recuerdos, advirtiendo soledades y necesidades. Con el alma encogida y el corazón ensanchando su hueco. Llevo horas pensando... Ahora. Los aniversarios, nos impiden mirar al futuro porque se celebra el pasado. Se conmemora la duración y la permanencia. La resistencia al paso del tiempo, el triunfo de la continuidad. El peso de lo ya hecho. No es malo ni bueno, no es nada. Es el punto marcado para tener un recuerdo. Recuerdos. Mirando todo ese pasado, todo ese tiempo recorrido, al final, el deber que nos tenemos que poner es el de vivir cada momento para dejar un recuerdo cultivado, luchado y amado. Frases hechas que toman un poco de sentido común para no dejar sensaciones de fracaso, de no haber estado ahí, de no haber intentado vivir cada situación como si fuera la más importante de la vida, de sentir que aunque no es lo que debemos hacer, és lo queremos hacer; la espera, la continuación, la vida que queremos tener y no podemos. Es querer romper las distancias y los tiempos y las costumbres. Es llorar sin miedo delante de todos, es reír sin miseria, es amar de una forma casi pornográfica porque no dejamos de mostrarlo todo, de darlo todo, de mojarlo todo. Es vivir. Mañana será otro año. Mañana será tarde. Mañana sera el principio de otro final que nos moverá a otras entradas en otras casas. Mañana será otra silla en la que sentarse. Mañana no existe. Recuerdos agolpados será mañana. Aquí se encuentran todos y no se nombra ninguno... Aquí me libero de todo. Aquí le escribo a nadie pensando que lo lees tú. Aquí me invento una vida falsa camuflada de verdades. Aquí me despisto y me pierdo. Desde aquí puedo ser siempre un mentiroso. Recuerdo mis mentiras. Busco entre las lineas pasadas las verdades que dejé escritas para encontrar tantas lecturas como Ojos quieran verlas. Recuerdos tristes, porque parece que es lo que más nos gusta celebrar, aunque a veces me niegue, y me busque haciendo lo que me da la gana porque necesito sonreír a pesar de todo para recordar el momento. Llevaba minutos intranquilo, sintiendo que mi tristeza se quiere escapar, porque las pérdidas eternas nos empujan, porque nos frenamos ante la vida, porque necesitamos estar y ser y querer y dar. Me niego a tantas cosas... me niego a pensar que no se pueden recordar pensamientos futuros... me niego a no querer, a no amar, a no sentir cada paso, cada pasión, cada mirada y cada palabra, aunque me cueste la vida...porque no nos queda otra que buscar ese recuerdo que merezca la pena sembrar. Para que el día que no estemos, sólo puedan recordar que se murió viviendo todo. Para que el día que leamos otro año más, sea siempre un año menos de tristezas. Para enterrar a los enemigos, a las malas energías, a las desastrosas vivencias, a los dolores de alma. Cada año que pasa y escribo siento que pierdo algo, que dejo algo, que algo pasa... pero al mismo tiempo siento ganado un segundo de infinita paz, porque no se puede hacer de otro modo, no se puede hacer otra cosa que vivir con todo para morir sin nada que reprocharse, para morir sin nada dejado, para morir habiendo amado, escrito, actuado, leído, soñado, rozado, mirado, robado y sentir ese abrazo... El próximo año vendrán otras letras cargadas de tanta razón como estas tienen. El próximo año será la corrección de éste. El próximo, ése que empieza ahora, borrará como un diluvio los males adquiridos...

He llorado mucho este año. He amado más. He reído mucho este año. He ganado mucho más de lo que he perdido.
Todo queda escrito en tinta invisible...



                                                                                                                                     ...adiós Lalo...