viernes, 6 de noviembre de 2009

6.

Estaba esperando con la primera copa en la mano, parece que se anima la noche.
Imagino que es cuestión de ir pensando en dejar la ginebra… ¿o quizá de aumentar la dosis? De vez en cuando cuento por ahí que a mí los mosquitos no me pican porque tengo demasiada en la sangre. Aunque he perdido mucho de mis años de juventud, de cuando me llevaba las botellas vacías a mi casa, aun aguanto un par de rondas (rápidas, of course) a la cabeza y sin torcer mucho el paso.
Mira que la última vez que hablé de esto fue porque me dio por la vida sana, ahora volvemos a las andadas desde el lado oscuro…
He pasado un tiempo de barra en barra y por cosas de la vida, que son las cosas del querer, me he visto hablando de predisposición, de amor, de riesgos, de lo que queremos en la vida, de lo que no queremos y del tiempo y las necesidades. Así que, tras pedir otra copa (apunten: ginebra con limón) y acodarme en la barra evitando ser visto por nadie que quiera bailar, reflexionas sobre la flora y fauna vital de esa noche. Al final nadie quiere pedir mi copa, que la pida yo…
Ginebra, a ser posible “bifiter”, con limón, a ser posible “sueps”, en vaso ancho, con un poco de limón natural. Si no hay limón “sueps” me vale “trina” o “radical” o limonada…pero evitar la “fanta” a toda costa. Sí, es por ello que mis copas las pido yo.
La verdad es que no se ligar en los bares, me pongo nervioso, y me veo que no soy capaz más que de preguntar aquello de “¿estudias o trabajas?” es por ello que no me suelo lanzar, me quedo más bien en pensamientos estúpidos… la predisposición, decíamos ayer…
Creo que los sentimientos son una discoteca: “SoulDiscoHeart” un local de moda, donde todo el mundo quiere entrar. Pero nosotros, los dueños del garito, hemos colocado un portero en la puerta de esos que dan miedo, tipo “2x2” al que le dijimos: aquí no entra cualquiera. Quizá la orden va por épocas, y tenemos noches en las que entra todo el mundo, otros días que solo entra gente mona, o días en los que preferimos “chapar el chiringuito” y que no entre nadie. Una vez dentro, el sitio, por lo general, suele gustar: buena música, camareros simpáticos y copas a buen precio. Es fácil tomarse una copa. Incluso repetir y convertirse en cliente habitual, y charlar con todos, incluso hacer que el “boss” se pague una copa de vez en cuando. El problema de esa clientela es que se renueva, y quizá mañana entre alguien más deslumbrante, y pase su momento de moda.
Otra copa, “plis”.
Dentro nos llama la atención otra puerta, unas cortinas de terciopelo, con otro portero. Quizá más elegante, más refinado, pero igual de eficaz. Y quizá hay gente que quiere entrar, pero se le corta el paso; esa es la sala “VIP”. Para entrar ahí necesitas invitación personal del dueño, estar “en lista” y, amigos, eso es lo que mola. La gente, mucha quiere entrar, pero, nuestro portero no les deja. Les dice que pueden venir a tomar copas cuando quiera, que puede traerse amigos, pero entrar ahí es más complicado.
Podemos ver como la gente quiere tomarse copas en nuestro local, veremos como nadie quiere, épocas de moda y épocas de bajón, pero siempre tendremos nuestros porteros en las entradas, haciendo que pensemos que nadie es suficientemente bueno para entrar en nuestra sala vip.
¿Me pones la penúltima?
Nos damos una vuelta por nuestro garito, nos gusta, elegimos la decoración, cada temporada lo renovamos, contamos con buenas relaciones, nos gusta estar de moda. Pero muchas veces por querer ser demasiado exclusivos no hay nadie dentro. Vacío. Miramos a nuestro alrededor y no hay nadie. Nos asomamos a la ventana y vemos gente remoloneando por la puerta, pero que no quiere entrar. El sitio está muerto, y aún así nuestro portero principal le pone trabas a la gente: no, tu eres muy mayor, tu eres muy joven, tu eres muy feo, tu eres demasiado guapa, tu eres muy simple, tu eres demasiado listo, a ti te conocemos demasiado, a ti no te conocemos nada…
Nos sentamos en una banqueta, mirando los hielos, y apuramos el último trago. Es hora de cerrar. Nuestro local de moda, con espectáculos en vivo, cierra otro día más.

2 comentarios:

pardalet dijo...

Si quieres te invito a compartir un mini de ginebra con limón en el poyete de la puerta. A lo mejor lo que nos hace falta es salir de nuestra propia discoteca. Un beso grande!

Placerdemivida dijo...

QUE bueno...el post!

me vas a contar a mi lo q es tener el garito cerrado?? a cal y canto creo yo... perO ya no le doy tantas pegas al portero para aumentar el acceso. Quizas solo una cara bonita, inteligencia y simpatia. Y si me hacen reir solo a veces les dejo pasar a la zona Vip.